20 Jun 2013

Dónde está mi vestido vol.4 No en Pronovias

El sábado pasado, coincidiendo con el evento del año en las tiendas Pronovias, fui a ver si allí estaba mi vestido.
A las 9:25 estábamos de nuevo mi madre, yo y mi mejor lencería en la puerta de la tienda. Aunque aún estaba cerrada, por el escaparate pudimos ver cómo las dependientas terminaban de colocar estratégicamente los vestidos de forma que los precios quedaran bien visibles al público.

Enseguida nos hicieron pasar y, muy amablemente se presentó la que sería mi «asesora» durante la cita. Fue una maravilla ver lo bien colocadito que estaba todo y la tranquilidad que nos envolvía. ¡Estábamos solas en la tienda!
Lo primero que tuve que hacer fue seleccionar de entre los vestidos marcados para el evento, los que me quería probar. Eché una rápida visual, y no habían pasado ni 5 segundo cuando le dije a mi madre que allí no iba a encontrar mi vestido. El 90% eran palabra de honor 🙁
Aún así, y teniendo en cuenta los precios que marcaban -desde 499€ el más barato- elegí al menos 6 y desfilé al probador. Fue una selección de lo más variopinta: palabras de honor, tirantas, volumen, gasas, plumas… de todo. Si estaba allí mi vestido, lo iba a encontrar.
El orden de prueba lo eligió la chica, y empezó por el que yo denomino «el típico de Pronovias»; palabra de honor, algo de volumen y encaje.

Aunque no es exactamente éste, os podéis hacer una idea.
Reconozco que me quedaba muy bien. Me veía favorecida y guapa, peeero -y siempre hay un pero- no quiero llevar un vestido palabra de honor en mi boda, ni inventarme unos tirantes -como me propusieron allí- que a saber cómo van a quedar. No.
Después de éste, me probé 4 más que tal como me los iba poniendo iba murmurando «quítamelo por favor».
Después de una serie de vestidos que no eran para nada ni mi estilo ni mi idea, me probé el modelo Baile.

Y me gustó. Me gustó bastante. La espalda del vestido es impresionante y aunque es muy caído y de gasita se ajusta a la perfección al cuerpo.
Cuando salí del probador, iban llegando mi prima y mi tía -sí, un poco tarde- y, tanto a ellas como a mi madre les encantó.
– Es justo lo que buscas.
– Es perfecto para una boda civil.
– Se te ve una espalda espectacular.
– …

Así se llevaron durante un rato mientras yo y mi mundo interior nos intentábamos convencer de que ese era mi vestido. Pero nada. Mi cara era de «me gusta, pero no».
Empezaron a asaltarme mil y una dudas. El vestido sólo valía 799€ y todas coincidían en que me quedaba perfecto, que el vestido estaba como hecho para mí. ¡Me lo tenía que llevar!
Para colmo, las dependientas me presionaron muchísimo diciendo que me fijara en cómo me miraban las otras chicas que se estaban probando, que no me lo podía pensar porque en cuanto lo dejara en la percha se lo llevaría alguna de ellas. Y lo peor es que era cierto!! Las familias de estas chicas se unieron a la conversación para decirme que estaba guapísima y que no me lo pensara más. ¡Qué osadía! Jamás hubiera yo opinado en algo tan personal.
Tuve un momento de tal agobio que mi madre me llevó al probador y me dijo: «Martina, esto es sólo para disfrutar, no quiero que te agobies ni un segundo» y entonces lo dije: «Es que éste NO es mi vestido… Pero es tan barato…». A mi madre le molesta tremendamente que mire tanto el precio de las cosas, así que casi lo decidió por mí. No me casaría con ese vestido.
Salimos del probador y mi madre hizo el resto. Aunque fue bastante clara, las dependientas seguían insistiendo en que lo reservara -pagando íntegramente el vestido- y otro día con más calma me probara la colección de 2014. ¡¡¡que no!!! Se pasaron un poco presionando.
Salí de la tienda pensando que me arrepentiría de lo que acababa de hacer, que volvería por la tarde a por él y alguien ya se lo habría llevado. Pero nada de eso pasó. Lo único que sentí durante el resto del día fue tranquilidad y alivio. Había hecho bien. Y menos mal porque…

¡¡¡EL LUNES ENCONTRÉ MI VESTIDO!!!
¡¡¡iujuuuu!!!
¡¡¡fiesta!!!
¡¡¡alegría!!!


Pero esto ya os lo contaré en otro momento.
Espero que os hayá entretenido mi mal rato del sábado xD y, si me aceptáis un consejo os diré que nunca, pero nunca, os probéis un vestido que se sale de vuestro presupuesto.
Besetes, Martina.

Comentarios ( 6 )
  • Toñi Olalla p:

    Desde luego que menudo modelazo por ese precio!! pero conociendo algo tus gustos yo tampoco te imagino en «tu boda» con él puesto, sin duda hiciste bien ;D

    • Martina p:

      Gracias Toñi, hoy estoy aún más segura (si cabe) de que tomé la decisión acertada.
      Ahora sé que es verdad eso que dicen que cuando te pones tu vestido, lo sientes 🙂

  • Diana Cruz p:

    Hola Martina, estoy deseando leer el post del vestido que se te ha accelerado el corazon! Esta claro que has hecho bien no dejar convencerte!!

    • Martina p:

      jejejje estoy deseando escribirlo también, pero necesito estar tranquila y sola (complicado).
      Hoy es 21, sólo faltan 3 meses para tu boda!!!! ay!!! qué iluuu!!!!

  • Colgada de una percha p:

    Ayyy yo me caso en abril y espero q no me pase eso, porque yo soy muy indecisa pero sino me gusta el NO no me lo quita nadie de la cabeza por estupendo q sea! Hiciste muyy bien! Me estoy leyendo cada post jajajaja

    • Martina p:

      No tiene por qué pasarte. Mantente segura y si no, dile a alguien que te conozca bien (tu madre, por ejemplo) que antes de que des ningún paso se asegure de que tú estás segura (valga la redundancia)…
      Excepto en ese momento en el que lo pasé realmente mal, el resto del tiempo ha sido genial probarse y probarse hasta dar con el elegido. Así que, lo que siempre digo, ¡Disfruta!

Responder a Diana Cruz Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *