¡Hola de nuevo monadas!
Ya es agosto y poco a poco se va acercando la fecha. 10 mesecitos. #labodadeAM está a la vuelta de la esquina y hay empresas que se empeñan en desestabilizar mi calendario de preparativos y que no consiga mi objetivo de tener antes del comienzo del curso, cerradas los dos principales temas que me preocupan: la finca y el catering.
El catering ya lo tenemos casi decidido. Una cosa menos. Sólo queda la finca. La dichosa finca.
Finalmente ya me he decidido. Es más, ahora me encanta el sitio donde, si todo va bien, nos casaremos y lo celebraremos. Pero hay un tema importante; Es completamente necesario que los invitados vayan en autobús a la boda 1) porque hay que evitar riesgos al volante y 2) porque en la finca no caben tantísimos vehículos. Y es ahí donde viene el problema.
Como ya os conté en esta entrada, la finca en cuestión tiene un acceso bastante regular. Y yo, que nunca he conducido un autobús (llamadme rara), no sé si puede o no puede recorrer ese camino.
La solución parece sencilla; Que un «experto conductor de autobuses» vea el acceso.

Llamé a todas las empresas de autocares de la zona, pedí presupuesto, y después de seleccionar la que más nos interesaba, le conté el problema al señor dueño de la empresa de autocares, que a la vez es conductor.
Pues nada, el Sr. Bus me insitió que para que me quedara tranquila, él mismo iría a ver el acceso a la finca y comprobaría si sus autobuses podrán llegar hasta la casa. Hasta aquí perfecto.
Quedamos el 25 de julio, pero una hora antes de nuestra cita la canceló. Me dijo que no me preocupara, que iría al día siguiente por la mañana y que no hacía falta que yo fuera.
Al día siguiente no fue, pero me dijo que iría a la semana siguiente. Pasó la semana siguiente y tampoco fue. También me llamó para excusarse y «disculparse» y me aseguró que esta semana iría.
Es viernes. No ha dado señales de vida y yo aún no salgo de mi asombro.
Cuando empecé a organizar la boda, no pensé ni que yo fuese a ser tan sumamente exigente, ni que los proveedores con los que iba a contactar iban a ser tan incompetentes, mostrar tanta indiferencia, ni tanto pasotismo.