17 May 2013

Mucha finca y poca boda

¡Ya estoy aquí!
Hoy me gustaría contaros la desesperación que tengo encima y esto no ha hecho más que empezar… Ay Dior, dame fuerzas.
El domingo pasado, como ya os conté vía twitter, «Mr A» y yo fuimos en busca del lugar perfecto donde celebrar #labodadeAM -si es que eso existe-. Nuestro propósito era visitar las tres fincas que os comenté en este post.
Una horita después de salir de casa llegamos al primero. Os pongo la fotito de rigor para hacer memoria.

Vía TopRural

Vía TopRural

No es un hotel como yo pensaba, sino una casa. Una gran casa con muchas habitaciones exquisitamente decoradas y unos baños que quitaban el hipo de preciosos que eran. Tiene capacidad para 28 personas.
El señor dueño de la casa, Antonio, fue absolutamente encantador con nosotros. Nos enseñó la finca parándose en cada detalle y nos hizo sentir la mar de bien. Además, me dió muchísima tranquilidad y confianza. Transmitía formalidad que es lo que más necesita una novia con los preparativos de su boda -o al menos yo-.
Sobre la marcha y entre todos, pensamos que de celebrar allí la boda, la cena la haríamos en el gran patio delantero y, tanto la ceremonia como el cocktel y la barra libre, la haríamos en los alrededores de la piscina -parte trasera de la finca-, que tiene unas vistas tremendas.
Allí mismo Antonio nos dió presupuesto. Un prespuesto que ¡NOS ENCANTÓ! Bastante barato a mi parecer.
La única pega que le veo es que no es del todo rústico. Siempre imaginé cenar entre árboles y además, no veo dónde podría poner mis banderines -que llevo mucho trabajo encima como para ahora no colocarlos jejeje-.
Siguiente destino:

Vía Booking

Vía Booking

Llegamos después de varios kilómetros de camino de tierra, pero en la casa no había nadie. Gritos de decepción conmigo: «ooooooooh».
Aún así, y como la puerta de la finca estaba abierta, mi curiosidad y yo entramos a inspeccionar. Qué maravilla de sitio. Qué cuidado, qué detalles, qué flores, qué árboles, qué palmeras… ¡qué horror!, parezco el anuncio de bollería xD.
Yo quedé absolutamente embelesada con cada rincón de la finca. Me maravilló nada más entrar.
Por supuesto no era perfecta.
Como ya me había advertido mi madre, el terreno tiene muchos desniveles y además, no tiene una gran explanada donde pudiéramos poner mesas para los casi 250 que seremos cenando. Mi gozo en un pozo.
Tampoco sé qué precio le pondrían al alquiler de la finca completa y, me da a mi, que barata no sería.
Cada vez que recuerdo la casa, me envuelve un halo de tristeza. Era mi favorita y me tengo que ir olvidando de ella. O no, porque analizando de nuevo la foto aérea, observo partes de la finca que no vi y que igual podrían ser escenario de una preciosa cena bajo guirnaldas de bombillas y banderines. Conociéndome, sé que volveré a ver la finca. Es que me encanta. Muchísimo. Si la viérais en directo me entenderíais…
Nos fuimos de allí derechitos a la última visita del día. «Mr A» se me estaba muriendo de la alergia y quería que termináramos pronto para alejarse de tanto polen.
Recordando:

Vía TopRural

Vía TopRural

Seguro que estáis pensando que es preciosa a la par que perfecta, pero nada más llegar, casi nos echan, así que de perfecta nada.
En recepción nos atendió un señor extranjero (que era el dueño). Fue bastante seco, brusco y desagradable. Dijo algo así como «estáis locos si pensáis que os voy a alquilar mi propiedad para que os caséis aquí, ¡fuera de mi casa!». Vale, igual no nos echó tan bruscamente, pero el día del reparto de amabilidad, este señor llegó tarde.
No quiso ni enserñárnosla. Poca vista por su parte, porque si finalmente elegimos cualquiera de las otras dos fincas, igual alguno de nuestros invitados quieren alojarse allí por la cercanía. También os digo que como me pregunten a mí, muy bien no voy a hablar del sitio.
Y este fue mi domingo. No saqué nada en claro y al llegar a casa sólo sentí desesperación.
A «Mr A» le gusta el primero y cree que podemos hacer algo muy bonito allí -aunque seguro que lo dice para hacerme la elección más sencilla-. Pero yo… no sé, creo que escondido en algún lugar debe estar exactamente lo que busco. Así como cuando una novia dice que al ponerse el vestido siente que es el suyo, me gustaría sentir eso con el sitio donde celebrar mi boda.
Después de éstos, hemos visto dos sitios más. Pero esto ya os lo contaré otro día.
Espero que os haya entretenido mi relato.
Nos leemos, Martina.

Comentarios ( 3 )

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