Vaya, vaya, vaya. Dice esto que no paso por aquí desde el 19 de septiembre, qué desfachatez!! Pongamos remedio a esto, pero ya!

Hoy os voy a hablar un poquitín de Xenia, un amor de niña que me está ayudando muchisísímo con todos los preparativos de #labodadeAM.

Xenietta -tuve que preguntarle expresamente cómo era el diminutivo de Xenia, porque no tenía ni idea- es la encantadora persona –o una de ellas- que está detrás de Simply our World. Se trata de una joven, jovencísima, emprendedora, a la que no le para su edad ni los tiempos que corren.

Como suele suceder en estos casos, nos conocimos a través de la red; yo comenté una de sus fotos de Instagram, ella otra de las mías, y en una de éstas, fui la afortunada ganadora de uno de los sorteos que ofrecieron desde su web. Había ganado su asistencia como wedding planner para todo lo que necesitara en mi boda.  O lo que es lo mismo, había ganado ¡TIEMPO!

Bueno, siendo sinceras, con ella he ganado tiempo, creatividad, originalidad y mucha tranquilidad, porque desde que colabora conmigo, he encontrado nuevos proveedores e infinidad de ideas que van a quedar preciosas para mi nuestra boda, #labodadeAM. No para de sorprenderme enviándome imágenes  -vía Whatsapp- a cada cual más bonita. Creo que ha entendido al cien por cien la idea de boda que queremos.

Pero no sólo eso, hace poquito, me dio una gran sorpresa. Qué digo sorpresa, un SORPRESÓN, así con mayúsculas; me escribió para decirme que va a hacer todo lo que esté en su mano para poder asistir el día de la boda y encargarse de organizar y dirigirlo todo desde primera hora. Poff, vaya tranquilidad. Y vaya detallazo, porque es que amigas, Xenia vive a 1.090 kilómetros según google -que lo sabe todo xD-.
Así que, si estáis buscando ayuda para vuestra boda, y vivís cerquita de Barcelona, esta cuenti-alumna os puede ayudar muchísimo. No dudéis en pasar por su blog aunque sea sólo a cotillera 😉
Y esto es todo por hoy. Pronto, en primicia «El lugar donde se celebrará #labodadeAM» que ya lo tenemos casi casi decidido ¡¡ALELUYA!!
¡Hasta entonces!
Besetes, Martina