Aunque todavía no es oficial porque aún no hemos contratado ni un solo proveedor para nuestra boda, ya tenemos decidido qué día nos vamos a casar. Redobles de tambores, por favor… trtrtrtrtrtrtrtrtrtr… #labodadeAM se celebrará el ¡¡21 de Junio de 2014!! Desde que está decidido ando enamorada de ese día.
En realidad, la fecha la pensamos en una escapadita romántica que hicimos a finales de abril y en la que aproveché para concretar algunos temillas con «Mr A». A él esto de casarnos no le hace especial ilusión, y sé que va a hacer un gran esfuerzo por mí, por mi ilusión y por hacerme feliz, así que no me gusta ahogarlo con temas bodiles a todas horas.
Fue mientras cenábamos.
Empezamos por hacer una primera aproximación a la fecha por meses.
Abril, llueve y puede hacer frío. No recuerdo un Semana Santa que no haya llovido en los últimos 10 años. Demasiado riesgo.
Mayo, sigue habiendo riesgo de lluvia.
Junio, podría ser.
Julio, descartado por el calor que hace en nuestra tierra en esa fecha.
Agosto,también descartado. Es mi único mes de jornada intensiva en el trabajo y, pareceré superficial, pero me paso el año trabajando una hora más a la semana para trabajar en Agosto sólo de mañana y, si puedo elegir, prefiero tener vacaciones en cualquier otro mes del año.
Septiembre, también lo desechamos enseguida por temas de cargas de trabajo que no vienen ahora al caso.
Parecía claro que nuestra fecha sería en junio, pero para asegurarnos, dimos argumentos a favor y en contra de casarnos en este mes.
Pros:
– No llueve. O al menos no solía hacerlo hasta este año raro que estamos viviendo.
– Hace calor suficiente como para poder hacerlo todo al aire libre, y no tanto como para asar a nuestros invitados.
– Aún no hemos comenzado nuestra jornada intensiva en el trabajo.
– Los viajes en junio son mucho más baratos. Aunque está a punto, la temporada alta aún no ha comenzado.
Contras:
– En junio mi madre aún no está de vacaciones. Es maestra y nos dijo que si nos daba igual, mejor en julio o agosto para que ella pueda disfrutar y ayudar de todos los preparativos y de la visita de sus familiares. Aunque pensamos que igual algún día libre le correspondería por matrimonio de un hijo…
Estaba decidido, nos casaríamos en Junio. ¿pero qué día?
Pusimos en una servilleta los sábados de junio y en cuanto escribí el 21, «Mr A» dijo «el día más largo del año», nos miramos y automáticamente se decidió.
– ¿el 21 entonces?
– El 21.