Venga, al lío. Ya os  he dicho que me caso, que estoy muy ilusionada, que quiero mucho a mi novio… blablabla… vamos al tema que interesa aquí, LA BODA.
Tengo clarísimo la boda que quiero. Tan claro, que creo que no me falta un detalle por decidir, me doy miedo. Os cuento:
Mi idea -nuestra idea- es hacerlo todo nosotros. Una boda DIY de manual.
Casarnos en una casa rural privada -que alquile yo misma y en la que no se haya celebrado nunca una boda- en mitad del campo, rodeada de naturaleza; una boda rústica y desenfadada.

Será en verano, al atardecer, y por supuesto una ceremonia civil. Digo por supuesto porque ni nosotros ni nuestras familias son católicos. Además, nos gustaría que la ceremonia fuera lo más «personalizada» posible -que comenten algo algún amigo o que el maestro de ceremonias sea alguien de nuestra confianza-.

Vía

Después de la boda, un cocktail en el que regalaremos sombreros panameños para ellos y gafas de sol para ellas para que todo vaya adquiriendo un aire de fiesta. ¡Nada de formalismos!


Luego cenaremos entre árboles, en mesas alargadas e iluminadas con guirnaldas de bombillas. Todo decorado con un punto informal y elegante.
Lo que nos gustaría de verdad es hacer una gran barbacoa donde cada uno se sirviera lo que quisiera en cada momento. Y que cada uno se sentara donde mejor le pareciera -que todos sabemos el rollo que es ir a una boda y que te pongan en la mesa con el cuñado de tu primo, al que conociste un día de casualidad y del que no recuerdas casi ni cómo se llama-.

Y por último, la gran fiesta. Una celebración con confeti, globos, copas, baile, risas, fotos, palomitas, photobooth, piscina, disc jokey, candy bar y, por qué no churros.

Vía “Quiero una boda perfecta”

En fin, esta es la idea que tenemos hoy, ojalá se parezca en algo a lo que finalmente sea nuestro día. Queda tanto, que igual nuestra opinión cambia de aquí a entonces. Lo veremos en 2014.
Martina.