Ayer, tras pasar por uno de los momentos más horribles de mi vida, me di cuenta de que:
Qué me importa si las mesas son alargadas, de ancho 80cm o 1,20m.
Qué me importa si mis invitadas deciden aparecer como si fueran a la boda de Tamara Falcó, cuando ellas son más de la boda de Belén Esteban.
Qué me importa si el de la música no puede colocarse donde yo había planeado porque no trae un cable más largo.
Y como estas cuestiones, mil más.
Cuando la muerte nos pilla por sorpresa, nos planteamos cosas. Y al hacerlo, te das cuenta de lo verdaderamente importante de la vida. Y para mí, estas cosas no son más que el amor. Amor por tu pareja, por tu familia y por tus amigos.
Así que, mi propósito de año nuevo tardío -que hoy ya es 16 de enero-, es simple y llanamente, darle importancia a las cosas importantes.
Ni un sofoco más porque la servilleta la quería un centímetro más a la derecha, ni porque las copas no forman un triángulo equilátero.
Precisamente… Te doy un aplauso.
Pero me has dejado asustada, ¿¿qué ha pasado?? ¿¿algo grave??
Desgraciadamente sí, grave 🙁
Muchas gracias por esos aplausos, se reciben con mucho cariño.
[…] Ahí pensaba que Bridezilla iba a apoderarse de mí en demasiadas ocasiones hasta nuestro gran día, pero ¡oh sorpresa! Por ahora, ni una sola vez. Martina 1 – Bridezilla 0. Por suerte y por el bien de nuestra relación, aquello pasó, y nos centramos en las cosas importantes de la vida. […]